domingo, 10 de agosto de 2014

Autobiografía: el castigo del pacto de verdad

La autobiografía es un género difícil de clasificar por la multitud de disciplinas sobre las que se ha basado su estudio a lo largo de los últimos tres siglos y por el uso aleatorio de términos con los que se meten en un mismo saco manzanas y peras: autobiografía, memoria, diario íntimo, novela autobiográfica...

 Philippe Lejeune, estudioso del tema, incide en la importancia de dos aspectos en la autobiografía, por una parte la correspondencia entre narrador, autor y personaje central y, por otro, el llamado "pacto de verdad" o "pacto de referencialidad". Por este pacto el lector confía en el compromiso del autor con la verdad para creer en la veracidad de lo que relata. Por su parte, el autor ha de comprometerse con la verdad, mejor dicho, en decir la verdad, que siempre será su verdad. En las autobiografías el lector es quien les da el estatus y quien tiene la última palabra para quitárselo.
La autobiografía es nuestro reflejo.
Ecoliers, André Kertész (1933)

La confianza tiene un alto precio que han pagado algunos autores que dijeron contar sus experiencias cuando no lo estaban haciendo. En su artículo "Autobiografía y pacto autobiográfico" (2010), Sánchez Zapatero expone algunos ejemplos de mentiras autobiográficas castigadas. Así, un caso de la vida pública española lo encontramos en Enric Marco, presidente de la asociación Amical Mauthausen, que acogía a supervivientes de los campos de concentración. Tras ser acusado de mentir, Enric Marco tuvo que reconocer que nunca había estado preso en ningún centro de internamiento nazi y que mintió para que su denuncia de la atrocidad tuviera un mayor eco en la sociedad. Otro caso en esta misma línea fue el de Jerzy Kosinski en cuya obra "El pájaro pintado" relataba su existencia de niño judío en la cruenta época de la II Guerra Mundial. Solo después de que algunos historiadores norteamericanos concluyeran que el autor no pudo vivir esos sucesos que relataba en su libro y que en realidad pasó la guerra en el seno de una familia católica, el texto fue tachado de pura ficción. Un último caso es la obra de Misha Defonseca "Sobreviviendo con lobos", una historia ficticia presentada como autobiográfica de una niña judía que durante la II Guerra Mundial fue criada por lobos pues sus padres habían sido deportados a un campo de concentración. A veces, afortunadamente, la verdad triunfa.


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