jueves, 12 de diciembre de 2013

Nostalgia: un nudo en la garganta

Qué difícil es leer un libro cuando estás en una mala racha. Lo ojeas, lees el resumen del autor y la obra, calculas el tiempo que te llevará leer todas las páginas que tiene, te fijas en la letra y en el sangrado y vuelves a hacer el cálculo. Luego te decides a leerlo y resulta que no te entretiene. Borrón y cuenta nueva.

Así he estado yo durante casi un mes por culpa de mi empecinamiento por querer leer a un autor alemán. Esta noche, por fin, se alinearon las estrellas; el libro que estaba esperando me eligió desde su huequito en la estantería y me saludó con las claras letras de su lomo. Además, lo hizo en español como queriendo así tranquilizarme y augurarme unas buenas horas con su compañía: Cabo de Gata.

Esta mañana de camino al trabajo y sentada en el metro atiborrado (de personas y regalos navideños), sentí un nudo en la garganta mientras me deslizaba por las páginas de esta novela de Eugen Ruge. Las lágrimas y la risa casi se agolparon en mis ojos y boca al leer este pasaje, en el que el protagonista, un guiri alemán bastante perdido, se encuentra en el autobús de Almería camino de Cabo de Gata:

Le pregunto al conductor de autobús cuánto tiempo tardaremos en llegar; espero que esté lo bastante lejos, pues lo que hasta ahora he visto no es lo que me imaginaba con "soplo de África". Con dificultad preparo mi pregunta. Pero el conductor de autobús, un hombre gordo vestido con una desaliñada rebeca de color marrón rojizo, ni siquiera se gira hacia mí, lo único que lanza es un sonido siseante entre unos dientes incisivos que no están completos. Le pregunto por segunda vez al hombre, pero nuevamente recibo solo un siseo. Y cuando me atrevo a decir que aún no lo he comprendido, de repente logra a dar un cuarto de vuelta, se endereza un poquito apoyando las manos en el volante, manifiestamente irritado por el esfuerzo que tiene que hacer por mi culpa, y entonces dice claro y alto, omitiendo de modo consecuente la letra "s": ¡TRE HORA!

Esas "tre hora" son las que me han hecho casi volver a Andalucía.

Uno de los primeros autobuses de la compañía onubense Damas, con la que tanto he viajado de Sevilla a Huelva (www.damas-sa.es)






martes, 12 de noviembre de 2013

El muro en los cuentos infantiles

Aprovechando el 24 aniversario de la caída del Muro de Berlín aquel 9 de noviembre de 1989 (una festividad que este año en Berlín ha pasado sin pena ni gloria), me gustaría hablar sobre otro tipo de muros: los muros en los cuentos infantiles.

El muro, aunque no lo parezca, desempeña un importante papel en estas historias para niños. O por lo menos desempeñaba. El muro es, al igual que lo fuera en Alemania y lo es hoy en Oriente Medio, fuente de conflictos y no pocas penas. Echo la vista hacia atrás y todos los cuentos que me leyeron en los que aparece un murito problemático pertenecen al siglo XIX. Hoy quiero tratar los tres cuentos "con muro" que más impresionaron a mi mente infantil.

El primero me lo contó mi abuela materna. Era un cuento de su niñez, una rima-cuento inglesa cuyas ilustraciones estaban algo desteñidas. Se trataba de "Humpty Dumpty", un hombre-huevo que se paseaba alegremente sobre el muro, poniendo en peligro su frágil piel de cáscara. La rima tenía un final triste, pues Humpty Dumpty cayó del muro y nadie pudo recomponerlo. Desde luego, el más terrible final que se le puede desear a un huevo.

El hombre-huevo antes del accidente (Wikipedia)


Se ve que las rimas eran una buena forma de contar historias y, sobre todo, de dar una lección de buenas maneras a los niños de aquella época de entre siglos. Si no, no se explica por qué el archifamoso médico alemán Arthur Hoffmann escribió todos sus cuentos en forma de rima agrupándolos bajo el famoso titulo "Der Struwwelpeter". En todas estas historias "infantiles" brillaba el trágico destino de sus protagonistas. Así, en "Die Geschichte von Hanns Guck-in-die Luft" ("La historia de Hans el que mira a la musarañas"), nuestro pequeño amigo Hans, un tanto embobado, se cae desde el puente (que si se quiere es una especie de muro entre tierra y mar) por no prestar atención.

Hans embobado (Wikipedia)

Finalmente tenemos la historia de los hermanos Grimm "Das Unglück" ("La desgracia"): con ese título poco más hay que añadir. Aquí también el muro es el causante de la pena del protagonista. Os dejo mi traducción y el original.

Y...¡Cuidado con los muros!

La desgracia

Cuando la desgracia nos visita, no importa que nos escondamos de una esquina en otra, o que huyamos por los vastos campos, ella nos encuentra. Érase una vez un hombre que se volvió tan pobre, que no le quedaba ningún leño de madera para mantener el fuego de su cocina. Entonces salió al bosque y quiso talar un árbol, pero todos eran demasiado grandes y fuertes; se adentró cada vez más y por fin encontró uno que podía manejar perfectamente. En el momento en que levantó el hacha, vio salir del matorral a una camada de lobos que, entre aullidos, se abalanzó sobre él. Tiró el hacha, huyó y llegó a un puente. Sin embargo, las aguas profundas habían hecho mella en el puente y, justo cuando quiso pasar por él, este crujió y se derrumbó. ¿Qué podía hacer? Si se quedaba parado y esperaba a los lobos, estos le harían pedazos. Ante la urgencia se atrevió a saltar al agua, pero como no sabía nadar, se hundió. Un par de pescadores que estaban sentados en la orilla de enfrente vieron cómo el hombre caía en el agua, nadaron hacia allí y lo trajeron a la tierra. Lo apoyaron en un muro viejo, para que se secara bajo el sol y pudiera reponer fuerzas. Pero cuando el hombre se despertó de su desmayo y quiso dar las gracias a los pescadores y contarles lo ocurrido, el muro se derrumbó sobre él y le hizo polvo.
 


Das Unglück 


Wen das Unglück aufsucht, der mag sich aus einer Ecke in die andere verkriechen, oder ins weite Feld fliehen, es weiß ihn dennoch zu finden. Es war einmal ein Mann so arm geworden, daß er kein Scheit Holz mehr hatte, um das Feuer auf seinem Herde zu erhalten. Da ging er hinaus in den Wald, und wollte einen Baum fällen, aber sie waren alle zu groß und stark: er ging immer tiefer hinein, endlich fand er einen, den er wohl bezwingen konnte. Als er eben die Axt aufgehoben hatte, sah er aus dem Dickicht eine Schar Wölfe hervorbrechen, und mit Geheul auf ihn eindringen. Er warf die Axt hin, floh und erreichte eine Brücke. Das tiefe Wasser aber hatte die Brücke unterwühlt, und in dem Augenblick, wo er darauf treten wollte, krachte sie, und fiel zusammen. Was sollte er tun? Blieb er stehen, und erwartete die Wölfe, so zerrissen sie ihn. Er wagte in der Not einen Sprung in das Wasser, aber da er nicht schwimmen konnte, sank er hinab. Ein paar Fischer, die an dem jenseitigen Ufer saßen, sahen den Mann ins Wasser stürzen, schwammen herbei, und brachten ihn ans Land. Sie lehnten ihn an eine alte Mauer, damit er sich in der Sonne erwärmen und wieder zu Kräften kommen sollte. Als er aber aus der Ohnmacht erwachte, den Fischern danken und ihnen sein Schicksal erzählen wollte, fiel das Gemäuer über ihn zusammen, und erschlug ihn.
 

miércoles, 2 de octubre de 2013

VALIE EXPORT y la provocación como acción

Mi último paseo por las níveas salas del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo me llevó a la artista de performance Valie Export, nacida en Linz (Austria) allá por el año 1940. Fue un reencuentro casual, pues aunque mis compañeros y yo supimos de su existencia de forma intermitente en el máster, yo al menos nunca le puse cara. Un auténtico pecado para alguien que se dedica al "arte de los nuevos medios", es decir, a plasmar las inquietudes personales y sociales a través de fotografías digitales, medios interactivos y cine experimental (¡entre otros muchos soportes!).

La mayoría de las fotografías que se muestran en el CAAC pertenecen a la performance de Valie Export titulada "Aktionshose: Genitalpanik" (pantalones en acción: pánico genital) del año 1969. Durante esta representación, la artista irrumpió en un cine de la ciudad de Múnich con el pelo encrespado, una metralleta y unos pantalones abiertos en la entrepierna que dejaban ver su sexo. El objetivo: denunciar la imagen pasiva de la mujer en el cine.

Valie Export: Aktionshose: Genitalpanik (1969), http://www.undo.net/Pressrelease/foto/1287054177b.jpg

No era la primera vez que Valie Export se dejaba ver por la capital de Baviera. Un año antes, en 1968, la artista llevó a cabo otra performance, esta vez en la plaza Stachus de Múnich, ataviada con una caja de madera que contenía su torso. En medio de la expectación su compañero Peter Weibel iba animando al público a introducir las manos en la caja para tocar los pechos de la austriaca. El fin de Touch Cinema: llamar la atención sobre el cine que promueve las fantasías masculinas y que presenta el cuerpo de la mujer como mero objeto.
Valie Export: Touch Cinema (1968), Werner Schulz, http://www.a-n.co.uk/artists_talking/image_bank/images/256782

Valie Export: una alienígena que supo captar la esencia machista de aquella sociedad de mujeres en el fogón y hombres de negocios. Que esta artista fuera educada en un convento solo es una parte más de su historia.

jueves, 5 de septiembre de 2013

Lo más sencillo es lo más difícil

Al señor Christian Leberecht Schnabel, que vivió a caballo entre los siglos XIX y XX, me hubiera gustado verlo en la sección de diseñadores del catálogo de Ikea. Con su máxima "das Einfachste ist das Schwerste" (lo más sencillo es lo más difícil) se hubiera ganado también el aplauso y el cariño de la Bauhaus.
Pero no. Por cosas del destino quedó relegado a un segundo plano. Eso sí, en su tierra, Baviera, muchos lo conocían por su pasión por innovar de forma original el mundo cotidiano. Y la hecatombe en los chismes de esta sociedad llegó cuando Schnabel se dedicó a imaginarse un nuevo tipo de cubertería. Entonces soñó y creó el cuchillo-tenedor y el tenedor de una púa. En este último se inspiró Erich Kästner para escribir esta irónica fábula.

Die Fabel von Schnabels Gabel

Kennen Sie Christian Leberecht Schnabel?
Ich habe ihn gekannt.
Vor seiner Zeit gab es die vierzinkige,
die dreizinkige
und auch schon die zweizinkige Gabel.
Doch jener Christian Leberecht Schnabel,
das war der Mann,
der in schlaflosen Nächten die einzinkige Gabel
entdeckte bzw. erfand.


Das Einfachste ist immer das Schwerste.
Die einzinkige Gabel
lag seit Jahrhunderten auf der Hand.
Aber Christian Leberecht Schnabel
war der eben erste,
der die einzinkige Gabel erfand!


Die Menschen sind wie die Kinder.
Christian Leberecht Schnabel
teilte mit seiner Gabel
das Schicksal aller Entdecker bzw. Erfinder.


Die einzinkige Gabeln
- wurde Schnabeln
erklärt -
sei nichts wert.


Sie entbehrten als Teil des Bestecks
jeden praktischen Zwecks,
und man könne, sagte man Schnabeln,
mit seiner Gabel nicht gabeln.

Die Menschen glaubten tatsächlich, dass Schnabel
etwas Konkretes bezweckte,
als er die einzinkige Gabel
erfand bzw. entdeckte!
Ha!


Ihm ging es um nichts Reelles.
(Und deshalb ging es ihm schlecht.)
Ihm ging es um Prinzipielles!
Und insofern hatte Schnabel
mit der von ihm erfundenen Gabel
natürlich recht.




La fábula del tenedor de Schnabel

¿Conoce a Christian Leberecht Schnabel?
Yo lo conocí.
Antes de él existía el tenedor de cuatro,
de tres e incluso el de dos púas.
Sin embargo el tal Christian Leberecht Schnabel
fue quien en las noches en vela
el tenedor de una púa
descubrió, mejor dicho, inventó.

Lo más sencillo es siempre lo más difícil.
El tenedor de una púa
estaba a mano desde hacía siglos.
¡Pero fue Christian Leberecht Schnabel
el primero
que lo inventó!

Las personas son como los niños.
Con su tenedor
Christian Leberecht Schnabel
el éxito de todos los descubridores, mejor dicho, inventores, compartió.

El tenedor de una púa
 –le explicaron a Schnabel
no tiene ningún valor.

Como parte de la cubertería
carece de finalidad práctica.
Con su tenedor no se podía
 –le dijeron a Schnabel
pinchar.

En efecto, ¡la gente creyó
que Schnabel algo concreto perseguía
cuando el tenedor de una púa inventó,
mejor dicho, descubrió!
¡Ja!

A él le importaba lo irreal
(y por eso le fue mal).
¡A él le importaban los principios!
Y en este sentido
con su tenedor inventado
Schnabel llevaba naturalmente razón.


(Traducido por María González de León)




viernes, 19 de julio de 2013

Gracias "Lipi"

Dejo aquí mi entrevista para la revista Blitz! de la ciudad de Leipzig. Ha sido un placer ser parte de ti, querida ciudad.
¡Hasta muy pronto!

http://www.blitz-world.de/leipzig/lpz-regio.htm

(Foto del centro de Leipzig; María González de León)

lunes, 8 de julio de 2013

El dogo de Otto


Aunque no soy muy amiga de los perros, he de decir que este celebérrimo poema de Ernst Jandl me encanta: ottos mops o lo que es lo mismo El dogo de Otto. Leo que a simple vista a este escritor poco le importaba la tipografía y las reglas gramaticales: sus poemas son una mezcolanza de apariencia infantil. Para nada es así. El poemita compuesto exclusivamente por palabras con la vocal o se las trae y acabamos hecho un lío de Montepío cuando intentamos traducirlo. Y a las pruebas me remito: si no me equivoco, no existe traducción al español que incorpore todos los rasgos de este poema ¿tontorrón?

Este Otto no tiene dogo pero sí una caseta en la Feria de Abril de Sevilla (Foto: María González de León)

ottos mops

ottos mops trotzt
otto: fort mops fort
ottos mops hopst fort
otto: soso
otto holt koks
otto holt obst
otto horcht 
otto: mops mops

otto hofft
ottos mops klopft
otto: komm mops komm
ottos mops kommt
ottos mops kotzt
otto: ogottogott



el dogo de otto


la obstinación del dogo de otto
otto: camina otto camina
el dogo de otto brinca 
otto: bueeeno
otto va a por cocaína
otto va a por fruta
otto cotillea
otto: dogo dogo
otto espera
el dogo de otto llama
otto: ven dogo ven
el dogo de otto va
el dogo de otto echa la pota
otto: odiosodios

(Sírvase mi traducción como ayuda lejana para entender este poema de mil interpretaciones)