viernes, 28 de diciembre de 2012

El costo de la vida ayer y hoy


Si hace más de un siglo el periodista Georg Weerth "alentaba" a los patronos a animar a sus obreros para que rindierán más en el trabajo, y hace unos decenios más de alguno bailaba con "El costo de la vida sube otra vez" de Juan Luis Guerra, ahora ni podemos dejarnos alentar ni permitirnos bailar. Eso nos martillean desde los cuatro vientos (es decir: tele, radio, prensa e Internet).
Yo prefiero quedarme en mi mundo, donde la gasolina sube otra vez, la democracia ya ni se ve, la corrupción juega ajedrez y a nadie le importa qué piensa usted. ¿Qué es peor, que le muerda a uno el desempleo o perder la dignidad humana? Poco me hubiera gustado estar en el pellejo de los obreros de Weerth, pero menos en el del despiadado capataz del poema. Ya ves, los tiempos cambian, el mal persigue.

Bailarines (¿al son de Juan Luis Guerra?), Fernando Botero


Trabaja (poema de George Weerth, traducción de María González de León)

Hombre que vas en vieja bata azul,
¡trabaja! ¡Consigue pan y sal!
¡Trabaja! El trabajo es método eficaz
para la pestilencia y necesidad.

¡Trabaja! ¡Mueve tus brazos!
¡Trabaja unas dieciséis horas!
¡Trabaja! De noche ríe el río Warme,
que te mantiene alejado de la pereza.

¡Trabaja! Al fin y al cabo tienes ganas.
¡Trabaja! Piensa en esa bella mujer que,
embarazada y pálida como un cadáver,
aguarda con lágrimas en tu choza.

¡Trabaja! Sé como la frente de las reses,
que es como la tuya: ancha y gruesa.
¡Trabaja! Desnudos tus hijos
te besarán cuando regreses.

¡Trabaja hasta que te palpiten las venas!
¡Trabaja hasta que te crujan las costillas!
¡Trabaja hasta que te suden la sienes!
¡Estás hecho para trabajar!

¡Trabaja hasta perder el sentido!
¡Trabaja hasta que te venzan las fuerzas!
¡Trabaja! Cuando tus restos estén en la sepultura
ya descansarás.

martes, 4 de diciembre de 2012

Y un caballo de Pura Raza Española se coló en la prensa alemana

Con tantas imágenes de crisis financiera, separatismo catalán, desempleo, emigración juvenil y demás hechos que colorean el panorama nacional, una se alegra de que de vez en cuando y para variar, los periódicos alemanes recuerden a España por otros motivos. Y aunque la ocasión esté tan cargada de cliché (qué puede haber más "español" que un purasangre), noticias como la Feria Sicab logran compensar y suavizar esa imagen triste y desoladora que estamos importando a Alemania.

Foto en Die Zeit

sábado, 10 de noviembre de 2012

DOK-Festival: Cortometrajes para combatir el mal tiempo

Leipzig celebró este año la 55 edición del festival DOK (Dokumentarfilm-Festival); durante una semana se proyectaron 360 películas de animación y documentales llegados de (casi) todo el mundo. Leo en los periódicos digitales que el festival es uno de los más antiguos de Alemania; no sé qué hay de cierto en esta afirmación, lo que sí comprobé es lo dispar de la oferta cinematográfica y lo variopinto de las "locations"- no solo los cines con butacas congregan a los cinéfilos, sino bares, organizaciones y fundaciones.

Mi debilidad son los cortos de animación y el DOK es experto en esto. Aunque no he podido dar con el corto que más me hizo reír, aquí os dejo uno del año 2007 titulado "Reflejo loco", que he encontrado en Youtube (hay muy pocos en la red). El próximo año repito.


domingo, 14 de octubre de 2012

¿Cuál es la palabra más larga en alemán? Bárbara Ruibarbo y su bar de bárbaros


O lo que es lo mismo, un trabalenguas alemán que demuestra lo larguísimas que pueden llegar a ser las palabras en esta lengua. Nuestro "deshollinador" y los "tres tristes tigres" tienen competencia...

Esta Barbarella de los años sesenta tiene poco en común con la Bárbara Ruibarbo del trabalenguas





Der Rhabarberbarbarabarbarenbärtebarbier

Ich habe von einer Frau gehört. Die hiess Barbara. Und war weit über die Grenzen ihres Dorfes für ihren Rhabarberkuchen bekannt. Deshalb wurde sie überall nur die Rhabarberbarbara genannt. Rhabarberbarbara verkaufte den Rhabarberkuchen in ihrer Rhabarberbarbarabar. Dort gingen drei Barbaren aus und ein. Die Rhabarberbarbarabarbarbaren hatten, wie sich das für Barbaren gehört, ellenlange dichte Bärte. Um ihre  Rhabarberbarbarabarbarbarenbärte stutzen zu lassen, gingen die Rhabarberbarbarabarbarbaren zum Barbier. Der Rhabarberbarbarabarbarbarenbärtebarbier möchte übrigens Barbaras Rhabarberkuchen auch ganz gerne. Weshalb sie sich immer mal wieder in den Barbarabar trafen, der Rhabarberbarbarabarbarbarenbärtebarbier und die Rhabarberbarbarabarbarbaren.



El barbero de la barba de los bárbaros del bar de Bárbara Ruibarbo

He oído hablar de una mujer que se llamaba Bárbara. Esta era conocida por su pastel de ruibarbo más allá de la frontera de su pueblo. Por eso en todas partes solo la llamaban Bárbara Ruibarbo. Bárbara Ruibarbo vendía pastel de ruibarbo en su bar Bárbara Ruibarbo. De allí entraban y salían tres bárbaros. Como es normal en los bárbaros, los bárbaros del bar de Bárbara Ruibarbo tenían unas barbas larguísimas y espesas. Los bárbaros del bar de Bárbara Ruibarbo fueron al barbero para cortarse sus barbas de bárbaros del bar de Bárbara Ruibarbo. Además al barbero de las barbas de los bárbaros del bar de Bárbara Ruibarbo también le gustaban mucho los pasteles de ruibarbo de Bárbara. Por eso el barbero de las barbas de los bárbaros del bar de Bárbara Ruibarbo y los bárbaros del bar de Bárbara Ruibarbo solían encontrarse en el bar de Bárbara.