miércoles, 29 de agosto de 2012

Alunizaje en la tierra

Hace poco me topé con este relato de una berlinesa, Christa Reinig, que me viene como anillo al dedo ahora que la luna se ha vuelto a poner de moda. ¡Y mira que la teníamos abandonada desde que nos empeñamos en hacer de Marte nuestra segunda residencia!
Aunque dudo de la veracidad de la famosa foto de Neil Armstrong en la luna, sí que creo en esta historia de unos peces astronautas que quieren llegar a la tierra. Y viendo el estado del mar de algunas playas, no me extraña. 

(La traducción corre a mi cargo, mea culpa).


¿Armstrong y Aldrin en la luna?

Peces

Un pez mordió un anzuelo. 
¿Qué haces revoloteando así de nervioso?le preguntaron los otros peces.
No estoy revoloteando nerviosamentedijo el pez mordiendo la caña de pescar, soy cosmonauta y entreno en la cámara de lanzamientos. 
Eso no te lo crees ni túdijeron los otros peces y vieron lo que pasaba a continuación. El pez que mordía la caña de pescar se irguió y salió del agua volando en círculos hacia arriba. Los peces dijeron: “Ha abandonado nuestra atmósfera y se ha lanzado hacia el espacio. Ya veremos qué cuenta cuando regrese”. El pez nunca volvió. Los peces dijeron: “Entonces sí tenían razón los antepasados cuando decían que lo que hay allí arriba es más bonito que lo que hay aquí abajo." Los cosmonautas estaban en fila y esperaban a que llegara su turno. Un pescador de caña solitario estaba sentado en la orilla y lloraba. Uno de los cosmonautas le dirigió la palabra y le preguntó: 
Ay, gran pez, ¿por qué lloras, has pensado también que lo que hay aquí arriba es más bonito?
No lloro por eso dijo el pescador de caña, lloro porque no puedo contarle a nadie lo que ha ocurrido hoy aquí. Cuarenta y ocho en una hora y ningún testigo en toda la zona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario